.- Antonio Ortiz Mena, uno de los mejores políticos de la historia
.- Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, uno de los más brillantes de la actual administración (no lo hurta, lo hereda)
Por: JORGE O’FARRILL LARRAÑAGA
El 7 de abril 2011 en la 74 Convención Banquera el Presidente Calderón otorgó un justo reconocimiento a la impresionante trayectoria de Antonio Ortiz Mena en el puerto de Acapulco y ahí dedicó gran parte de su discurso a recordar la gran labor de este gran servidor público
Dijo lo siguiente: Es una gran satisfacción, amigas y amigos, el poder reunirme nuevamente con todos ustedes en el marco de esta Septuagésima Cuarta Convención Bancaria. Los saludo con gran afecto y les agradezco esta invitación, a fin de conversar con la situación actual del país y sobre el importante papel que juega la Banca en el desarrollo de México.
Como parte de este Encuentro, en esta ocasión se ha otorgado un justo reconocimiento póstumo a don Antonio, sin duda su gran profesionalismo dejó huella en todas las facetas de su prolífica trayectoria en el Gobierno Federal; en la Banca de Desarrollo Internacional, en el Sector Bancario de nuestro país. Su visión, su talento y su compromiso con México marcaron todo una época de progreso en la economía nacional, de crecimiento estabilizador, pero creo que lo más significativo es que don Antonio nos dejó a todos un gran ejemplo de servicio al país, y por eso me da gusto que hoy haya recibido ese reconocimiento en su honor su nieto, el licenciado Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien estoy convencido que ha seguido los pasos de su abuelo como servidor público.
No conocíamos, y me incluyo, tampoco esta faceta personal de don Antonio, que ha emotiva y brillantemente descrito Alfredo, un honesto y cabal servidor público también por cierto.
Y ahora entiendo no sólo a don Antonio, sino también entiendo a Alfredo. A veces, amigas y amigos, es difícil entender cómo con los sueldos que se pagan en el Gobierno Federal, congelados nominalmente hace varios años, reducidos en esta administración y que han registrado una caída de más del 40 por ciento real, con las presiones que se viven en el Gobierno, con la incomprensión pública de muchos sectores, cómo es posible, a veces se pregunta uno, que pueda haber servidores no sólo muy capaces, sino muy honestos, como es en el caso de Alfredo Gutiérrez.
Y ahora entiendo, como en el caso de él, de otros muchos servidores, y lo digo además sin falsa pretensión de modestia en el mío propio, hemos tenido la fortuna de contar con el ejemplo y el testimonio personal de otros mexicanos que nos antecedieron, que nos legaron precisamente y que le legaron en este caso a Alfredo, algo que no se puede ni comprar, ni pagar, que es por una parte la vocación de servicio y por otra, los principios de honestidad y cabalidad que tanta falta le hacen al país.
Enhorabuena, Alfredo; enhorabuena a toda la familia Ortiz Mena, por este merecido reconocimiento.
Creo que fue además ilustrativo las anécdotas y los recursos que Alfredo ha compartido esta tarde. Habrá alguna vez que escribir fuerte sobre eso, pero muchos aseguran que Ortiz Mena, hubiera sido un muy buen Presidente de la República y por alguna razón, finalmente prevalecieron otros designios y otros intereses en su momento.
Al tiempo se dice y el tiempo creo que finalmente dio también su lección. Desde que la economía de Ortiz Mena dejó de dirigir una buena parte de las políticas públicas del país, México empezó a trastabillar, a perder la responsabilidad en el manejo de los déficits públicos, a incurrir en sobre-endeudamiento, y finalmente a sufrir una tras otras crisis económicas, devaluaciones, pérdidas de poder adquisitivo de salario que llevaron a reducir el salario mínimo más del 70 por ciento en menos de dos décadas, y una pérdida notable del poder económico y un crecimiento también notable de la pobreza en el país.
Creo que hoy es importante, no sólo honrar a Ortiz Mena, su memoria, su gran legado, sino también volver precisamente a recorrer el camino andado de la responsabilidad en el manejo económico que tantos frutos les dio a nuestro país la conducción de don Antonio Ortiz Mena.”
ORTIZ MENA ANTONIO
1907-2007
Hijo de Antonio R. Ortiz, tesorero del Distrito Federal, y de María Mena, nació el 16 de abril de 1907 en Parral, Chihuahua. Su abuelo fue minero y prefecto de Álamos, Sonora, y sobrino de Eduardo Ortiz, subsecretario de Obras Públicas, y de Carlos Ortiz gobernador de Sonora. Estudió la primaria en el Colegio Alemán y en el Colegio Franco-Inglés; posteriormente cursó sus estudios de secundaria y el bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria, de donde pasó a estudiar la carrera de Derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, la que concluyó en 1928. En ambos planteles fue alumno de los «Siete Sabios». También realizó estudios de economía y de filosofía en la UNAM.
Luego de un paso exitoso por el ejercicio privado del derecho, Ortiz Mena dio inicio a una larga trayectoria,. Fue asesor en el Departamento del Distrito Federal (DDF) entre 1930 y 1932; luego paso a asesor legal del Procurador General de la República de 1936 a 1945 trabajó en el Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas.
Durante la Segunda Guerra Mundial participó en el Comité para la Defensa Política del Continente Americano; también fue jefe del Departamento para la Nacionalización de Propiedades, en la Oficina de la Procuraduría General de la República entre 1940 y 1945.
Otros puestos públicos que ocupó fueron Director del Banco Nacional Hipotecario Urbano en 1952-1958 fue director general del Instituto Mexicano del Seguro Social; durante su administración amplió la cobertura del Instituto en todo el país a través de unidades médicas independientes que actuaban como cooperativas autónomas y así cuidaban rigurosamente sus recursos humanos y materiales; erigió unidades de vivienda popular aseguró el equilibrio financiero mediante la reorganización administrativa y la creación de un plan de inversiones que permitió poner en marcha la construcción de grandes unidades hospitalarias y habitacionales para los trabajadores; también fomentó el desarrollo institucional por medio de clínicas urbanas y rurales, casas de la asegurada y misiones médico sociales. Dio comienzo, en el Distrito Federal, al sistema de Médico Familiar, en el que se auxiliaba a los doctores familiares con programas de capacitación e investigación y con personal de apoyo: trabajadoras sociales, enfermeras, especialistas en pediatría y similares. Asimismo, inició la construcción de un parque deportivo para trabajadores y promovió el teatro popular. Elaboró el programa de Política Económica Nacional, para el candidato presidencial Adolfo López Mateos,
Ya presidente de la República, Adolfo López Mateos, lo designó secretario de Hacienda en 1958, cargo que ocupó también en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970). Ortiz Mena fue el principal artífice de la política económica que ha sido conocida como “el desarrollo estabilizador”, a la que definió de la siguiente manera “el esquema de crecimiento que conjuga la creación de un ahorro voluntario creciente y la adecuada asignación de los recursos de inversión con el fin de reforzar los efectos estabilizadores de la expansión económica en vez de los desestabilizadores que conducen a ciclos recurrentes de inflación-devaluación.” Conforme a esa política se formuló que “el Estado tiene la responsabilidad, conforme a las leyes básicas de la nación, de promover y encauzar el desarrollo económico”, con el propósito de “aumentar los salarios reales” y “mejorar la participación de los asalariados en el ingreso nacional disponible.”
Según esa concepción, el desarrollo económico consistía “en el aumento sostenido del volumen de producción por hombre ocupado; presupone básicamente un incremento en la dotación de capital que haga viable mejorar la productividad y el ingreso real de la fuerza de trabajo y mantener tasas adecuadas de utilidad”. De modo que desde el inicio de la administración de López Mateos la política económica dirigida por Ortiz Mena buscó cumplir con dos objetivos prioritarios: mantener la estabilidad monetaria, pero sin que ello significara descuidar el fomento al crecimiento económico del país; para conservar la estabilidad en los precios.
Para la consecución del primero se limitaron las importaciones a través de un control estricto sobre las compras en el exterior, tanto privadas como del Estado; se fomentó la sustitución de importaciones. Respecto a las exportaciones, se incrementaron las de bienes y servicios.
El cumplimiento del otro objetivo implicó una política de control del gasto público y una reestructuración administrativa que permitió aprovechar mejor los recursos financieros disponibles, así se redujo el déficit de varias empresas estatales, entre ellas Pemex, Ferrocarriles Nacionales, Comisión Federal de Electricidad y CEIMSA (después Conasupo), se elevaron los precios de petróleo y el diesel para equilibrar las cuentas de Pemex, se incrementaron las tarifas ferroviarias y de electricidad y se redujeron los subsidios agrícolas para disminuir el déficit público. Por otra parte, las inversiones públicas se orientaron hacia sectores como la producción de alimentos y de insumos básicos; además se buscó establecer el control de precios por medio de la acción administrativa gubernamental.
Para Ortiz Mena: “Los déficit fiscales debían ser compatibles con la capacidad de endeudamiento de la economía y financiables mediante fuentes no inflacionarias” para conseguir el crecimiento económico acelerado con estabilidad de precios. Así, durante su paso por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el déficit del gobierno pasó de 0.41% del PIB en 1958, a 1.57% en 1960 y a 1.84% en 1970; asimismo, el déficit agregado del sector público fue de 2.7% del PIB en 1960 y 3.8% en 1970.
A diferencia del modelo neoliberal, obsesionado con el equilibrio fiscal: Ortiz Mena jamás dudó en desactivar una recesión con políticas fiscales expansivas, como en 1958 cuando se ‘incrementó sustancialmente el gasto público con el objetivo de evitar una recesión’. Cuando se hizo necesario, el déficit fiscal aumentó, pero se redujo tan pronto fue posible sin contraer el producto nacional. Se podía incurrir en déficit observando siempre el principio de que la transferencia de recursos privados hacia el sector público se destinara a inversión y nunca a gasto corriente.
Con ello la situación económica se volvió más estable, se logró dar equilibrio a la balanza de pagos, se detuvo hasta cierto punto el costo de la vida, y en materia de deuda externa, en 1961 se liquidaron los adeudos originados por la revolución; en 1962 se cubrió anticipadamente el último abono derivado de la expropiación petrolera. Para 1970 la deuda externa sólo llegaba a 3 mil 200 millones de dólares, el 9.2% del PIB.
Por otra parte, Ortiz Mena hizo una política de mexicanización, por la cual la inversión extranjera debía ser minoritaria en relación con el capital nacional y el capital extranjero debía ser sustituido por capital nacional en sectores estratégicos de la economía.
Así, se mexicanizaron las empresas mineras Peñoles y American Smelting, que se convirtió en Industrial Minero México; San Luís “Mains”, en Grupo Minero San Luís. Asimismo, Pan American Sulphur y Azufrera Panamericana, junto con varias empresas de fertilizantes, constituyeron FERTIMEX. Siderurgia, empresa extranjera, se adquirió y fusionó con Altos Hornos. Del mismo modo, con la adquisición de la American Foren Power, la American Bond and Cheer y la Compañía de Luz y Fuerza, quedó consumada el 27 de septiembre de 1960, la nacionalización de la industria eléctrica. También la banca y los seguros se mexicanizaron: se reservaron exclusivamente para inversionistas mexicanos.
En materia petrolera se capitalizó a PEMEX y se reservó para el Estado la Petroquímica Básica; y en las ramas secundarias se otorgaron concesiones a empresas privadas que tuvieran un mínimo de 60 por ciento de capital nacional.
En materia agropecuaria se constituyó el Banco Nacional Agropecuario con funciones exclusivas de crédito, y la Aseguradora Nacional Agrícola y Ganadera. Así, la producción agropecuaria creció, lo cual permitió pasar de ser país importador a exportador de maíz, fríjol y trigo.
En el ramo del turismo, en el Banco de México se constituyó un fideicomiso para iniciar el desarrollo de lugares como Puerto Escondido, Huatulco, Ixtapa y Cancún, inclusive con créditos del Banco Mundial.
En 1960, ya desde la Secretaría de Hacienda impulsó y participó en la creación y organización del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, ISSSTE.
Pese a las desigualdades económicas que se propiciaron en el periodo, los números que entregó Ortiz Mena tras dos sexenios de desarrollo estabilizador fueron buenos: cuando terminó el sexenio de Díaz Ordaz, la inflación había sido únicamente del 2.6 por ciento; el tipo de cambio permaneció al mismo nivel de 1954: 12.50 pesos por dólar; el aumento salarial fue de 6% en términos reales; el poder adquisitivo de los salarios mínimos se incrementó 105.9%, pues los salarios mínimos se aumentaron a tasas siempre mayores que la suma de las tasas de inflación y de incremento de la productividad.
Esta estrategia económica se consolidó en el contexto de un consenso internacional favorable a la intervención gubernamental en la economía, después de que la Gran Depresión puso en duda la eficacia del capitalismo de laissez-faire para restablecer automáticamente el equilibrio y superar la desocupación masiva desencadenada por la crisis de 1929..
También como secretario de Hacienda, propuso usar los medios electrónicos en beneficio de la sociedad: “Al terminar los juegos olímpicos, el presidente Díaz Ordaz me pidió que elaborara alguna propuesta para lograr su mejor aprovechamiento en beneficio del país. buscaba una regulación efectiva de los medios, aunque estuvo de acuerdo en que no se convirtieran en empresas controladas por el Estado. Me di a la tarea de estudiar los esquemas vigentes en otros países… Le propuse entonces una estrategia por la cual el Estado pudiera definir el uso de ciertos espacios en la radio y la televisión, como sucedía en los Estados Unidos . Desafortunadamente, el proyecto no se consolidó, y el tiempo del Estado se utilizó para difundir tesis gubernamentales o programas de poco interés y de reducido beneficio para la sociedad”. (En el año de 2002, el presidente Fox suprimió ese 12.5% en beneficio de los concesionarios privados).
Ortiz Mena también se desempeñó como funcionario en organismos internacionales: fue gobernador del Fondo Monetario Internacional entre 1959 y 1970, en éste último año algunos lo vieron como un precandidato presidencial viable para el sexenio 1970-1976, por el Partido Revolucionario Institucional, pero al final perdió con Luís Echeverría Álvarez, pese a su fuerte apoyo del mundo financiero de Estados Unidos. En su libro citado, el propio Ortiz Mena confiesa que anteriormente, dos veces se negó a participar en la sucesión presidencial: con Adolfo López Mateos a cambio de amplios poderes en el manejo de las finanzas y la economía a su cargo; y también cuando pactó con Gustavo Díaz Ordaz, el otro precandidato, que finalmente resultó triunfador, su colaboración y respeto mutuos.
En 1971 se convirtió en presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, institución creada a propuesta de México en 1960 cuando era secretario de Hacienda el propio Ortiz Mena, cargo que desempeñó hasta 1987, cuando presentó su renuncia a pesar de que había sido reelegido para el periodo que concluía en 1991.
En 1988 fue designado director general de BANAMEX.
Recibió honores y premios de los gobiernos de Alemania, Bélgica, Brasil, Chile, Francia, Italia y los Países Bajos. También fue nombrado Doctor Honoris Causa de la Universidad de las Américas.
En 1999, el Fondo de Cultura Económica editó su libro “El desarrollo estabilizador. Reflexiones sobre una época” En 2006 fue propuesto por el PAN en el Senado para recibir la medalla de honor Belisario Domínguez. Y se le entrego de manera postuma en el 2009.
Falleció en la Ciudad de México, la noche del 12 de marzo de 2007, a los 99 años de edad, como consecuencia de una complicación pulmonar, tras permanecer hospitalizado por casi dos semanas debido a una caída que sufrió en su casa. Fue cremado en el Panteón Francés.
. . ¿Cómo caracterizar la visión que Ortiz Mena tenía de la economía?…Pueden enumerarse varias características generales: estabilidad de la macroeconomía, no sólo financiera sino sobre todo de variables como producción y empleo. Desarrollo del mercado interno y abatimiento de la desigualdad social. política promotora de la industrialización (la conocida sustitución de importaciones), de la actividad agrícola (el país era autosuficiente y exportaba alimentos). Y, en el Banco de México, una regulación del sistema financiero que promovía el financiamiento de la actividad productiva. También Ortiz Mena fue quien introdujo los impuestos progresivos sobre el ingreso”.
El Presidente del BID, Luis Alberto Moreno, rindió hoy homenaje a la memoria de Antonio Ortiz Mena, reconocido como uno de los estadistas más influyentes y visionarios de América Latina y el Caribe y quien fuera presidente del BID de 1971 a 1987. Y tambien a la presentación de una segunda edición del libro “Antonio Ortiz Mena: Pensamiento y acción al frende del BID” Como Secretario de Hacienda y Crédito Público de México entre 1958 y 1970, Ortiz Mena mantuvo la paridad cambiaria del peso con el dólar y una inflación similar a la de Estados Unidos, quien entonces también era el principal socio comercial de México. Así logró un crecimiento económico a una tasa promedio anual de 6,6% y redujo la inflación promedio a 2,2%. Los resultados son por todos conocidos: crecimiento económico e inversión privada con alta rentabilidad social
Cuando hablamos de Antonio Ortiz Mena nos estamos refiriendo probablemente al mejor secretario de Hacienda en la historia del último siglo mexicano
Y nos dejó como herencia a su nieto Don Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.